Apenas eran las 6:00 de aquella fría
mañana de julio. José con apenas doce años, luego del abandono de su padre
hacía tres años, tuvo que hacerse cargo de su madre, quien llevaba en cama casi
dos años y de su pequeña hermana de tan solo cinco años.
Mientras se preparaba para su deber
cotidiano, con uno que otro movimiento, logró despertar a su hermana. Lo
primero que la pequeña pronunció fue:
_ ¡Hermano tengo hambre!
Con una mirada confusa, llena de
angustia, tristeza y valentía, él respondió:
_ Vendré enseguida, no te
aflijas, confía en mí, traeré algo para comer, ¡TE LO PROMETO! , y se marchó.
En toda una mañana, tan solo logró un
cliente. Temblaba de frío, pensaba en volver a casa, pero lo mantenía firme el
amor. Luego llegó un nuevo cliente, alguien con una apariencia única, quien le
inspiraba mucha confianza. Mientras le lustraba los zapatos, el niño entró en
diálogo con el desconocido, le comentó todo lo que en su corta vida había
pasado.
El niño nunca asistió a la escuela,
mucho menos a la iglesia, pero identificaba la biblia, algo que el hombre
sostenía en la mano.
Aquel hombre le habló acerca de Dios
todopoderoso, de Jesucristo y de María, le comentó algo que quedó grabado en su
mente:
"En
esta vida nadie puede ser completamente feliz, solo después de la muerte
se llega al Paraíso"
Este desconocido se marchó, pero antes
dejo una cantidad significante de dinero al niño.
Ya había transcurrido el medio día y el
pequeño apresurado se marchó rumbo a su hogar con mucha felicidad. Al llegar a
su casa encuentró a su madre y hermana juntas acostadas en la misma cama; ambas
sin vida, la enfermedad devoró a la madre y el hambre a la niña.
El niño se encontraba totalmente
desconsolado, sintió que todo el sacrificio que realizó por su familia fue en
vano. Hundido en aquella espantosa soledad, mientras, aún, las palabras aquel desconocido resonaban en su mente, tomó
el único cuchillo de la casa y se cortó las venas esperando volver a
encontrarse con aquellas mujeres que tanto amaba.
Néstor Fabián Medina Mosqueira, nació en
la ciudad de Luque el 20 de enero de 1995. Hijo de Adriano Medina y Vidalia Mosqueira,
cuenta con cuatro hermanos; Jorge, César, Arturo y Adriana.
Estudia en el Colegio Nacional de Luque
"Gral. Jóse Elizardo Aquino" cursa actualmente el ultimo año del
Bachillerato Científico.
Entre sus pasatiempos favoritos se
encuentran, escribir cuentos, poemas, compartir con su familia, amigos y servir
a su iglesia.
Su mayor deseo es poder estudiar Medicina
y ser un buen médico.
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