Amor Prohibido


Amor Prohibido
En un pueblo pequeño vivía un hombre de nombre Gabriel Maldonado de 24 años, capitán de las Fuerzas Armadas
Todas las personas del pueblo lo conocían como el “tío malo”, porque jugaba con los sentimientos de las mujeres,  él solo tenía relaciones ocasionales con las mujeres y luego las abandonaba. Muchas mujeres lo asediaban  por ser un hombre extremadamente hermoso.
Un día partió a un pueblo vecino, caminando con el teniente Flores, su amigo. De pronto vio  a una mujer muy bella, de la cual se enamoró con solo ver sus ojitos marrones claros, su piel  blanca y suave, su rostro parecía tallado a mano por los propios ángeles
-¡Qué divina! -dijo y trató de acercarse a ella.
 Pero el teniente Flores lo contuvo.
- ¿A dónde vas capitán?
Gabriel respondió:
-A hablar con esa hermosa mujer ¿algún problema?
El teniente flores le respondió:

-Señor Capitán, no pongas los ojos en esa mujer, es hija del General Arias, el jamás consentiría que te acerques a su hija. Te conoce, sabe como tratas a las mujeres, si te acercas, él sería capaz de matarte.
-Legal y usted la conoce, sabe cómo es su nombre, Teniente.
- Sí, señor Capitán, su nombre es Dulce, tiene 24 años, la verdad que es muy hermosa pero lastimosamente el General Arias es su padre y es muy celoso, no la deja en ningún momento sola, la sobreprotege mucho.
-Voy a probar mi suerte.
-No, mi señor capitán, no lo haga.
El siguió lo que su corazón pedía a gritos, acercarse a ella, mirarla de cerca, sentir su perfume y oír su voz.
Y no hizo caso a la advertencia de su amigo el teniente Flores. Cuando se disponía a caminar hacia la muchacha, le cerró el paso el General Arias y le dijo:
-¿A dónde crees que vas, Capitán?
-Junta esa hermosa mujer que esta allá, mi General.
-Es mi hija, te conozco, sé de  tus intenciones y a ella no la tocaras. ¡Dale, desaparecer  de mi vista!
Y sin decir  palabras, Gabriel se retiró del lugar.
Pero el General no contaba que su hijita también había echado ojo al Capitán Maldonado.
 Como no podían verse y menos estar juntos, decidió mandarle cartas de amor a escondidas del General, y así podían sentirse cerca uno del otro, ya que por órdenes superiores Gabriel no podía acercarse a ella
Conforme pasaban los días su amor hacia ella crecía y crecía, su corazón latía cada vez más rápido, por fin había conocido el amor verdadero. Gabriel no podía concentrarse  en su trabajo y en un descuido en una práctica de artillería pesada, una bala le dio en la pierna y lo hirió.
 Esa inquietante noticia llegó a los oídos de Dulce que no encontraba consuelo y quería saber a toda costa cómo se encontraba su amor, entonces una noche decidió escaparse de su casa.
Su padre subió a su habitación  a darle el beso de buenas noches y se encontró con la sorpresa de que su hija no estaba en la casa. El padre desesperado encontró una nota en la cama que decía:

 Padre, sé que estarás preocupado y furioso por esto, perdóname, pero voy a la casa de Gabriel para saber cómo se encuentra de salud.
 Dulce.
El padre iracundo buscó su arma y se dirigió al pueblo del Capitán Maldonado dispuesto acabar con él.
Llegando al pueblo, caminó y buscó la casa del joven, al encontrarla, pateó la puerta  e irrumpió en ella. Gabriel estaba allí y lo miró con sorpresa. El General le apuntó con el arma.
-Tu zángano de mierda, por qué carajo estás con mi hija. ¿Acaso no entendiste lo que te dije?
- Sí, señor, pero es que me gusta, amo a su hija  daría lo que fuese por estar con ella. En ella encontré el amor verdadero.
-¡Maldito, perro infeliz, a mí no me jodes con esas palabras, muere!
Y disparó, entonces Dulce se colocó en el trayecto de la bala e impidió que esta hiriera a su amado.
El padre al verla caer, con lágrimas dijo:
-¡Hija, hija, responde estás bien, por favor hija, no te vayas, ayuda, ayuda! Salió corriendo por las calles.
Gabriel lloraba y haciendo un esfuerzo para ponerse en pie, levantó el cuerpo de Dulce en sus brazos y sin importar el inmenso dolor que sentía en la pierna por la herida de bala recibida salió de la casa y fue corriendo con Dulce en sus brazos hasta el Centro de Salud más cercano.
No le importaba lo que pasara con él, su única preocupación era la recuperación de su amada. Más de 1 kilometro corrió, con el dolor que dominaba todo su cuerpo, las fuerzas se iban pero eso no fue en ningún momento un impedimento para luchar y seguir el camino.
Había llegado al Centro de Salud pidiendo a gritos ayuda, y rápidamente dos médicos  atendieron a la joven que fue sometida a una cirugía para extraerle la bala que tenía en el pecho. Gabriel en ningún momento se despegó de Dulce.
Los días y las noches pasaban.  Dulce no despertaba, Gabriel muy preocupado no se alejaba de ella en ningún momento. Hasta que por fin abrió los ojos. Gabriel con lágrimas en los ojos la abrazó y dio gracias a Dios por no quitarle a su amada de este mundo.
El Padre de Dulce fue al Centro de Salud y vio el tremendo esfuerzo que hizo Gabriel por el bienestar de su hijita, y reconoció el  amor verdadero. Pidió disculpas con lágrimas por la tontería que había hecho y por no aceptar el amor de ambos.
Después de todo lo malo que pasó vino lo bueno, se casaron y tuvieron un hermoso hijo a quien llamaron Alejandro en honor al Padre de Gabriel.

Gabriel Cáceres Maldonado: Nació el 9 de Enero de 1994 en la ciudad de Asunción.
Vive en la ciudad de Luque con sus padres Alejandro Cáceres Ortiz y Su madre Migdonia Maldonado de Cáceres, tiene cinco hermanos.
Lo que más le gusta hacer es escribir, estudiar, compartir con los amigos y sobre todo ejecutar la guitarra.
Actualmente está cursando el último año del bachiller científico en el colegio Nacional de Luque.

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